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Reseña de "Refritos teatrales", de Enrique Gallud Jardiel

Reseña escrita por la escritora Lola Clavero


El teatro, entre todos los géneros literarios, es pura pasión en movimiento, valga la redundancia, pues si la pasión no se mueve ¿qué podría hacerlo en esta sociedad actual tan profundamente estática? Este libro de Enrique Gallud Jardiel, dramaturgo y actor en vena, es un alegato al teatro y a la pasión, asuntos de veras indisociables, y quien quiera aproximarse a esta expresión imprescindible del arte, habrá sin duda que leer este ensayo que, desde el humor, se ocupa por igual de obras de prestigio universal (vaya con comillas lo de “prestigio”) y otras definitivamente pésimas ¿y por qué? ¿Será porque la vida es puro teatro? En las buenas y en las malas, como en todos nuestros vericuetos biográficos, pues si nos ponemos a pensar (ocupación muy saludable, aunque no esté de moda) hallaremos en nuestra existencia, cualquier existencia; momentos graves de tragedia y otros ligeros de comedia y de lunes a domingo: mucho, muchísimo sainete. El teatro nos ha escrito antes de nacer nosotros mismos y de eso se trata. Nos podemos reconocer en las más graves obras de Shakespeare, Schiller y Goethe, pero también en las más pedestres piezas de un Jacinto Benavente y un Manuel Bretón de los Herreros. Enrique Gallud Jardiel, desmitificador por antonomasia, crítico de nacimiento, parodia a los grandes y a los menores en esta antología de obras dispares y lo hace con mucho acierto ¿pues qué vienen a demostrar los unos y los otros desde más grandes o menores capacidades? Desde luego que todo el género humano está loco, muy loco y que eso al fin y al cabo resulta bastante divertido. Si conocemos la historia (qué grande es el conocimiento) nos vamos a sentir más aliviados de nuestras miserias ¿crees que tienes una familia desestructurada? Pues piensa en Los Pelópidas de Jorge Llopis, igual en esas circunstancias tu marido es tu hermano, tus hijos también y tus padres, quién sabe…Hoy día un hijo, una hija, un hije, puede tener varios padres, mas en definitiva sus relaciones no serán tan escabrosas, ni tan fatales al suicidio. Lo tenemos mejor, después de todo.






Todas las obras teatrales que analiza Gallud en este libro son muy ejemplarizantes, muestra es La malquerida de Jacinto Benavente. Por dios, que es bonita la vida en los pueblos, vale la pena el éxodo al campo, como se demuestra en la goyarizada película As bestas. Si hay conflictos, todo se resuelve limpiamente con un trabucazo o un golpe de navaja “pacíficamente”.


Sobre la vida marital, ese análisis de Un marido de ida y vuelta de Enrique Jardiel Poncela pone su acento en las adversidades del adulterio. El cornudo español es idiosincrásico (como sabemos desde Calderón de la Barca) no es el de Ana Karenina ni el de Madame Bovary, atormenta a los infieles incluso ya fallecido en forma de fantasma, desde luego que esto más que surrealista es de un realismo científico. Por cierto, que hay un ingrediente feminista en este libro: semblanzas a Sakuntala, Juana de Arco, Zobaida y etc.. Te lo podría contar, pero ya he dado demasiadas pistas y espero que leas este libro. El teatro es caro, no siempre lo puedes pagar, pero cuando leas esta obra, podrás recrearla en tu imaginación y elegirás los actores y el escenario. Goza con esa presentación, porque será única.

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